CIRUGÍA PARA
EPILEPSIA

Información General

La neurocirugía para la epilepsia es una opción de tratamiento para personas con epilepsia refractaria,  es decir, aquellos pacientes que no responden adecuadamente a medicamentos antiepilépticos y siguen teniendo crisis a pesar de haber probado diferentes terapias farmacológicas. La epilepsia es un trastorno neurológico crónico que se caracteriza por la presencia de crisis recurrentes, que pueden afectar la calidad de vida de los pacientes. La neurocirugía para la epilepsia busca identificar y eliminar o controlar las áreas cerebrales responsables de las crisis, con el objetivo de mejorar la calidad de vida y el control de las convulsiones en los pacientes.

Uno de los principales procedimientos de neurocirugía para la epilepsia es la lobectomía temporal, que se realiza en pacientes con epilepsia del lóbulo temporal, la forma más común de epilepsia focal. Durante este procedimiento, se retira una porción del lóbulo temporal del cerebro, que es la región donde se origina la mayoría de las crisis epilépticas. La lobectomía temporal se realiza bajo anestesia general y requiere una craniotomía, que es la apertura del cráneo para acceder al cerebro. Los resultados de la lobectomía temporal son generalmente buenos, con una alta tasa de control de las crisis y una mejora significativa en la calidad de vida en la mayoría de los pacientes.

Otro procedimiento de neurocirugía para la epilepsia es la cortectomía funcional, que se realiza en pacientes con epilepsia focal multifocal o en aquellos cuyas crisis provienen de áreas cerebrales que no pueden ser eliminadas completamente debido a su importancia funcional. Durante la cortectomía funcional, se realiza una resección selectiva de las áreas cerebrales que son responsables de las crisis, con el objetivo de controlar la epilepsia mientras se preservan las funciones cerebrales importantes. Este tipo de cirugía suele requerir una cuidadosa planificación preoperatoria, que incluye pruebas de mapeo cerebral y monitorización intraoperatoria para identificar las áreas cerebrales críticas y minimizar el riesgo de complicaciones.

Además de la resección de tejido cerebral, también existen otros procedimientos de neurocirugía para la epilepsia que buscan controlar las crisis de manera menos invasiva. Un ejemplo es la estimulación del nervio vago, que implica la implantación de un dispositivo en el cuello que estimula el nervio vago, una estructura que se extiende desde el cerebro hasta el abdomen y que juega un papel importante en la regulación de las crisis epilépticas. La estimulación del nervio vago puede ayudar a reducir la frecuencia y la intensidad de las crisis en algunos pacientes, aunque su mecanismo exacto de acción no se comprende completamente.