Las malformaciones vasculares cerebrales son anormalidades en los vasos sanguíneos del cerebro que pueden presentarse desde el nacimiento o desarrollarse a lo largo de la vida. Estas malformaciones incluyen arteriovenosas, malformaciones arteriovenosas (MAV) y cavernomas cerebrales. Estas condiciones pueden causar síntomas como hemorragias cerebrales, convulsiones, dolores de cabeza y déficits neurológicos. En algunos casos, se puede optar por la cirugía como tratamiento para abordar estas malformaciones vasculares cerebrales y prevenir complicaciones graves.
La cirugía es una opción de tratamiento para las malformaciones vasculares cerebrales dependiendo del tipo, tamaño, ubicación y síntomas del paciente. Las MAV, por ejemplo, son una de las malformaciones vasculares cerebrales más comunes y pueden tratarse quirúrgicamente. La cirugía de MAV generalmente se realiza a través de una craneotomía, que es la apertura del cráneo para acceder a la malformación. El objetivo de la cirugía es extirpar la malformación arteriovenosa y reparar los vasos sanguíneos afectados.
Otro enfoque quirúrgico utilizado para tratar las malformaciones vasculares cerebrales es la embolización. La embolización es un procedimiento endovascular que implica la inserción de un catéter a través de una arteria en la ingle y su avance hasta la arteria afectada en el cerebro. Luego, se inyecta un material embólico para bloquear o cerrar los vasos anormales, reduciendo así el flujo sanguíneo a la malformación. La embolización a menudo se realiza antes de la cirugía o como una opción de tratamiento independiente, especialmente para MAV inoperables o en ubicaciones difíciles de alcanzar.
Además de la embolización y la extirpación quirúrgica, también se puede utilizar la radiocirugía como opción de tratamiento para algunas malformaciones vasculares cerebrales. La radiocirugía es una técnica no invasiva que utiliza radiación de alta precisión para dañar y cerrar los vasos anormales, lo que provoca su cierre gradual con el tiempo. Este enfoque a menudo se utiliza para malformaciones vasculares cerebrales pequeñas y ubicadas en áreas sensibles del cerebro que son difíciles de acceder con la cirugía convencional.
La elección del tipo de cirugía y el enfoque de tratamiento dependerá de la ubicación, el tamaño y el tipo de malformación vascular cerebral, así como del estado de salud general del paciente. Antes de someterse a cualquier cirugía, el paciente debe ser evaluado exhaustivamente por un equipo médico multidisciplinario, que puede incluir neurólogos, neurocirujanos, radiólogos intervencionistas y oncólogos radioterápicos, entre otros especialistas.